
Inside the Leadership Journey
David Alonso García, People Experience Director en Telefónica
En esta nueva entrega de “Inside the Leadership Journey”, conversamos con David Alonso García, People Experience Director en Telefónica, quien nos comparte su visión sobre cómo el área de Recursos Humanos ha evolucionado hacia un rol más estratégico, impulsando la transformación digital, la flexibilidad y la personalización como pilares clave de una cultura organizacional que pone a las personas en el centro.
Desde su trayectoria como abogado laboralista hasta su liderazgo en la redefinición de la experiencia del empleado, David nos revela los desafíos, oportunidades y claves para construir entornos donde el talento pueda desarrollarse plenamente. ¿Cómo pueden las organizaciones diseñar experiencias auténticas que fomenten el compromiso y la innovación? ¿Qué habilidades serán esenciales para los futuros líderes de RR. HH.? Descubre sus reflexiones en esta inspiradora entrevista.
Diseñando experiencias que impulsan el compromiso y la innovación
- ¿Qué te impulsó inicialmente a trabajar en el área de EEX y cómo ha cambiado tu visión sobre el papel de los RR.HH. dentro de las organizaciones?
Desde el inicio de mi carrera, he creído que las personas son el motor de cualquier organización. Siempre me ha atraído la idea de generar un impacto real en su experiencia, no solo desde los procesos vinculados al área de RRHH, sino creando entornos donde puedan desarrollarse y aportar lo mejor de sí mismas.Comencé en el área RRHH como abogado laboralista, y por mi mente solo pasaban, leyes, juicios, negociación colectiva etc… pero con el tiempo empecé a trabajar en otras disciplinas y aprendí que un área de Personas no es solo un área de soporte, sino un habilitador estratégico del negocio. Siendo una palanca especialmente relevante la Experiencia de los empleados, la transformación digital y la analítica de datos, ya que nos permiten diseñar experiencias que impulsan el compromiso, la productividad y la innovación. - Trabajas en una empresa global que enfrenta retos diversos en cuanto a la experiencia del empleado. ¿Cómo ha cambiado la forma de abordar esta experiencia en los últimos años para adaptarse a nuevas necesidades y exigencias del entorno laboral?
Desde hace tiempo, estamos transformando el enfoque hacia la experiencia del empleado para responder a un entorno laboral en constante evolución. La digitalización (sin deshumanización), la flexibilidad y la personalización se han consolidado como pilares estratégicos, reconociendo que no existe una única experiencia del empleado, sino tantas como personas y momentos dentro de su ciclo de vida dentro de la empresa.Además, la gestión de la experiencia del empleado no puede limitarse a un enfoque individual. El rol de los managers también es fundamental, ya que su estilo de liderazgo y sobre todo su motivación impacta directamente en la energía y el compromiso de sus equipos y es que, “¡Los managers también lloran!” por ello, es esencial prestar atención a su bienestar y desarrollo, dado que su influencia puede generar un efecto multiplicador, positivo o negativo, en el día a día de las personas.Por otro lado, hemos apostado por modelos de trabajo basados en la flexibilidad y la confianza que aseguran el bienestar sin menoscabar la productividad, impulsando herramientas digitales que faciliten la autogestión y la personalización de la experiencia del empleado. Además, la analítica de datos nos ha permitido anticiparnos a necesidades y diseñar iniciativas más alineadas con las expectativas de nuestros compañeros.Todo lo anterior nos permite evolucionar a un entorno más ágil, digital y centrado en las personas, manteniendo como objetivo que la experiencia del empleado sea un factor diferencial en nuestra propuesta de valor como empresa. - La experiencia del empleado parece ser un pilar fundamental. ¿Cuáles son los aspectos clave que consideras esenciales para garantizar una experiencia positiva y alineada con los valores de la empresa?
La clave para una experiencia del empleado positiva es la escucha constante, conectando las necesidades de las personas con la estrategia de la empresa. Comprender lo que realmente importa a los empleados nos permite diseñar un entorno alineado con los valores corporativos y la visión de la compañía.Para ello, el primer paso es realizar un diagnóstico profundo, en el que lo más relevante sea la participación real de los empleados y los responsables de las distintas áreas de negocio, garantizando así una representación adecuada. La experiencia del empleado no es un tema exclusivo de RRHH, en absoluto; si bien este área puede desempeñar un papel clave en la orquestación del plan, su éxito depende del compromiso y la colaboración de toda la organización.Además, debemos poner foco en cuidar los momentos de la verdad: onboardings, movilidad, promociones etc son fases donde la experiencia debe ser impecable, “ahí nos la jugamos”, estos puntos de inflexión son determinantes en la motivación de las personas y debemos prestarle especial atención, pero más allá de estos momentos comunes, la personalización también es clave.Una vez identificados estos momentos y llevar a cabo las mejoras correspondientes, lo siguiente sería hacer un seguimiento continuado y medir si estamos generando el impacto que esperamos para ello, de nuevo preguntar a las personas será un factor relevante. Finalmente, la tecnología será una palanca esencial, pero hay situaciones donde el acompañamiento humano no puede ser sustituido por una máquina, por ejemplo, tomar un café con tus futuros compañeros antes de incorporarte a la empresa, hará que no te sientas como “el nuevo de la clase”, este tipo de detalles marcan la diferencia.Con este enfoque, intentamos garantizar una experiencia auténtica y equilibrada, donde tecnología y la cercanía humana conectan para impulsar el compromiso y el desarrollo del talento.
- Finalmente, para los futuros líderes de Recursos Humanos interesados en redefinir la experiencia del empleado, ¿qué habilidades y enfoques crees que serán fundamentales en los próximos años?
En los próximos años, los líderes de Recursos Humanos deberán evolucionar junto con un entorno laboral cada vez más cambiante y exigente. La experiencia del empleado ya no es solo una función operativa; es un factor estratégico que impacta directamente en la competitividad y sostenibilidad de las organizaciones.Para aquellos que buscan redefinir esta experiencia, será fundamental desarrollar una visión centrada en las personas, impulsada por la escucha activa y el análisis de datos. Comprender en profundidad las expectativas y necesidades del talento permitirá anticiparse a los cambios y diseñar estrategias verdaderamente alineadas con la realidad del negocio.Además, la capacidad de adaptación y transformación será clave. Estamos en un momento donde la digitalización y la inteligencia artificial están reconfigurando la forma en que trabajamos, por lo que los futuros líderes de RRHH deberán integrar la tecnología sin perder el factor humano. La automatización optimiza procesos, pero la cercanía y la empatía seguirán siendo insustituibles en muchos momentos críticos de la vida del empleado.Otro aspecto fundamental será el desarrollo de un liderazgo inspirador y con impacto, donde los profesionales de RRHH no solo sean gestores de talento, sino también impulsores de cultura y propósito. Las nuevas generaciones buscan entornos laborales que les permitan crecer, innovar y sentirse parte de algo más grande, y es nuestra responsabilidad construir ese escenario.Finalmente, la capacidad de gestionar el cambio y la incertidumbre será un diferenciador. El mundo del trabajo seguirá transformándose, y solo aquellos líderes capaces de promover la agilidad organizativa, fomentar la resiliencia y equilibrar la estrategia empresarial con el bienestar del talento podrán marcar la diferencia en la próxima era de Recursos Humanos.
- ¿Cuáles son las grandes dificultades que nos podemos encontrar en un proyecto de transformación de la experiencia de los empleados?
Si la iniciativa de experiencia del empleado no está claramente alineada con los objetivos estratégicos de la empresa, corre el riesgo de quedar relegada a un segundo plano o percibirse como una acción aislada de “los de Recursos Humanos”. Para evitarlo, es fundamental demostrar su impacto tangible en la productividad, la innovación y la retención del talento, vinculando cada acción a métricas y resultados que generen valor real para el negocio.Además, mejorar la experiencia del empleado no es un cambio instantáneo, sino un proceso de evolución continua. Perseguir impactos rápidos sin una planificación adecuada puede comprometer la sostenibilidad del proyecto y afectar su credibilidad. Por ello, es esencial contar con una hoja de ruta bien estructurada, con hitos progresivos y medibles que aseguren una transformación efectiva y duradera.La estrategia para el diagnóstico es un pilar fundamental, ya que un buen punto de partida garantiza que las decisiones se basen en información real y representativa. Sin embargo, aunque una estrategia bien diseñada es crucial, la ejecución es lo que marca la diferencia. Llega un momento en el que no se puede “seguir viviendo en Narnia” ; hay que hacer realidad las ideas, convertirlas en acciones concretas y demostrar su impacto. No basta con diseñar un plan impecable, sino que es necesario ejecutarlo con precisión, gestionar el cambio de manera efectiva, hacer un seguimiento continuo y adaptarse con agilidad a los desafíos que surjan. Al final, lo que realmente importa es que las iniciativas generen valor tangible y cumplan con el ROI esperado.