Errar es de humanos, rectificar es de sabios.

Contenido elaborado por Astrid Nilsen, European Talent and Internal Communication Director en Nippon Gases

Astrid Nilsen, European Talent and Internal Communication Director en Nippon Gases

Decía el poeta Alexander Pope en una célebre cita que “errar es de humanos, perdonar es divino, rectificar es de sabios”. En España, o más concretamente en Europa, se dice de nuestra cultura que no está tan abierta al error como la americana. En los últimos años, para contrarrestar este miedo al error que nos aleja del riesgo y por tanto del éxito, vemos a líderes de organizaciones hablar abiertamente de los errores que han cometido y mostrarse vulnerables.

En el área de selección yo misma, al igual que muchos compañeros, he incorporado preguntas relacionadas con el error e incluso el fracaso en mis entrevistas. Lo hago en dos fases.

Cuéntame un error que hayas cometido a nivel personal o profesional

Siguiendo el conocido método STAR pregunto por un error cometido e indago en:

  • Situación, el contexto, que lo rodeó
  • Tarea en concreto que se debía llevar a cabo
  • Acciones y decisiones específicas que los candidatos tomaron, evitando siempre la primera persona del plural
  • Resultados obtenidos como consecuencia del punto anterior

Este método se usa normalmente para hablar de éxitos, pero sirve igualmente para identificar la situación que rodea a un error.

Esta pregunta debe situarse entre las últimas del guion, una vez se ha podido crear un entorno de confianza y libre de prejuicios con la persona entrevistada. Este entorno es clave para que la pregunta sea útil.

Las respuestas aportan información muy valiosa. En primer lugar sobre la capacidad de mostrarse honestos. Aunque la gran mayoría son sinceros al respecto, es cierto que hay candidatos que no quieren mostrarse vulnerables en la entrevista y afirman categóricamente no haber cometido ninguno. Esto, todos lo sabemos, es imposible.

Con esta pregunta también podemos identificar la capacidad de los candidatos para asumir responsabilidades, especialmente cuando llegamos a la fase de acciones. Ante un error todos podemos decidir que las circunstancias que lo rodearon fueron las culpables, o podemos decidir tomar las riendas y actuar al respecto.

Hay mucha más información relevante que aporta esta pregunta, pero quiero destacar solo una más: la gestión emocional, una gran olvidada en las entrevistas de selección. Ante un error todos sentimos un mar de emociones. Pero, una vez ha pasado el tiempo, ¿hemos sido capaces de gestionarlas y convertirlas en algo sano?

Si pudieras volver atrás en el tiempo, ¿actuarías de la misma forma?

Y es aquí a donde quiero llegar. Una vez comprendo el entorno que ha rodeado al error cometido, mi siguiente pregunta es: si pudieras volver atrás en el tiempo, ¿actuarías de la misma forma? Como dice Pope, errar es de humanos pero rectificar es de sabios. Lo importante no es tanto cometer un error; el valor está en el aprendizaje que hemos obtenido. ¿Si se te presentara exactamente la misma situación, una vez has obtenido ya tus aprendizajes, actuarías igual?

Por lo general, como entrevistadora, me he encontrado con una gran mayoría de candidatos capaces de hacer reflexiones muy interesantes al lanzarles esta pregunta. Algunos, incluso, ya las habían hecho por sí mismos. Por lo general, y esto es lo que yo busco en una entrevista, identifican qué serie de decisiones tomaron que a día de hoy ya no tomarían. Reflexiones interesantes sobre su gestión emocional, su implicación a nivel personal, su madurez en la gestión de conflictos, su amplitud de conocimiento sobre un tema… Hay infinidad de respuestas interesantes al respecto.

Como entrevistadora quiero saber si la persona que tengo delante de mí es capaz de analizarse a sí misma, a las circunstancias que rodearon un hecho concreto, a sus actuaciones personales, a las herramientas que en ese momento le faltaron y que gracias a esta introspección ya ha adquirido. No estoy tan interesada en el error que cometieron como en los aprendizajes que obtuvieron.

Potencial de crecimiento

Yo no quiero contratar a alguien perfecto que jamás cometió errores, como si esto fuera siquiera posible. Tampoco a alguien que cometió errores pero no aprendió de ellos. Yo quiero contar en nuestro equipo con personas que saben que pueden equivocarse y se hacen responsables de ello, que pueden hacer un análisis sincero de la situación y sobre todo son capaces de aprender y mejorar. No contratas a alguien tanto por quién es en ese momento, sino por los grandes profesionales que pueden llegar a ser si tienen hambre de crecer.